Producto de una buena semana
Hay tiempos cortos,
arritmias amañadas
de silencios huidizos
en la imperiosa noche.
Allí a nadie importa
el crujido de las sábanas
los suspiros perecederos
o este ávido deseo
que arranca mi aliento.
Y las manecillas corren
con eones, en momentos.